sábado, 23 de marzo de 2013

Twitter revive sueño de un monorriel para Guayaquil



Tiene la voz de un joven. Dice por teléfono que puede perder su trabajo si hace público su nombre, por lo que prefiere el anonimato. Es el autor de la cuenta de Twitter @MonorrielGye, con la que desde el pasado noviembre interpela a las autoridades locales y nacionales pidiendo para la urbe un medio de transporte sustentable y duradero, que además de futurista sea acorde al crecimiento del Puerto Principal.
"La Metrovía funciona, pero Guayaquil lo que necesita es un monorriel", se lee en la descripción de la cuenta. "Pidamos a Rafael Correa y a Jaime Nebot para que se haga realidad". En la lógica del activista, si Cuenca va a tener un tranvía y Quito un metro, financiados por el Gobierno Central, Guayaquil debe ser tomada en cuenta para estas soluciones.   La ministra de Transporte, María de los Ángeles Duarte, contestó a través de la red social que los estudios y las respuestas competen al Municipio. "Sin embargo @ObrasPublicasEc siempre está presto a colaborar con los alcaldes que así lo soliciten".  Los monorrieles, que nacieron como ferrocarriles no convencionales, son sistemas de transporte en los que los vagones están suspendidos o (lo más común) se desplazan en lo alto en una estructura de un solo riel. "El monorriel más antiguo del mundo está en Wuppertal, Alemania. Data de 1901 y ¡todavía funciona!", dice Félix Pilco, un "autonomista" y entusiasta del sistema. Cree que esta alternativa le daría espacio a las avenidas locales, que atraviesan problemas de congestión.   "Guayaquil tiene que plantearse estos temas ya, no podemos esperar al colapso", agrega Pilco, exvicepresidente de la Nueva Junta Cívica. El sueño de un monorriel data de finales de los años 70, cuando en la alcaldía de Antonio Hanna, el Concejo Cantonal planteó la posibilidad. El sistema, que podría unir cantones, está lleno de bondades, según Pilco y el autor de @MonorrielGye. Trabajan con energía eléctrica por lo que no generan emisiones de gas carbónico. Las ruedas están revestidas de goma y generan poco ruido.   Pero requiere de mucha inversión para las personas que moviliza, según César Arias, planificador de trolebuses. El experto en transporte público ha señalado que la ejecución de un monorriel es costosa y el número de pasajeros "mínimo" en comparación al sistema actual. La troncal 2 de la Metrovía movilizará a 250 mil personas al día. Los trenes de líneas elevadas suelen transportar a una cantidad menor (hasta 100.000 personas) a excepción del monorriel de Tokio, que con 300.000 pasajeros diarios es uno de los más masivos y rentables del mundo.  La posibilidad de un metro ha sido desechada por sus altos costos, además del suelo blando y arcilloso de buena parte del terreno.  El presupuesto para una primera línea de 23 kilómetros del metro de Quito oscila entre los 1.500 y los 1.600 millones de dólares. Mientras que la primera etapa (24 kilómetros) del monorriel que propone conectar a Rumiñahui con la capital del país bordea los $ 270 millones.   El total del proyecto del monorriel para el valle de Los Chillos, aún por definir, ascendería a los 700 millones de dólares. A diferencia de la capital (cuyo metro es una línea norte-sur), por su geografía Guayaquil tendría que instalar una mayor cantidad de rutas.   El alcalde Jaime Nebot considera que el mejor sistema es el que la gente pueda pagar. "Usted cree que se puede implementar una solución que cueste dos dólares (el pasaje)", preguntó el burgomaestre en una entrevista con EXPRESO el año pasado.   La tarifa para el metro capitalino se estima en 50 centavos. En el caso del proyecto elevado del valle de Los Chillos es de 40 centavos.   La relación del costo con el beneficio de una tarifa accesible determinó que el Municipio escogiera el sistema de articulados, que ha acumulado críticas desde 2006.   "El problema es que usted necesita una masa crítica de usuarios para implementar un metro ligero", indica Carlos Jiménez, máster en Planificación, que pone reparos a la velocidad de los trenes elevados. Le preocupa que solo sea el Ministerio el que plantee respuestas a los problemas de tránsito que le competen al Gran Guayaquil y sus municipios. La Metrovía "no está mal", pero concuerda con expertos como Jaime Acevedo en que el sistema se quedó corto en la estimación de la demanda.   Los diseños no tomaron en cuenta la afectación al tránsito particular y le bajaron la capacidad a las vías, indica Acevedo, máster en Transporte, partidario de la expropiación. "Limitamos mucho los diseños a los costos".   "La Metrovía fue una solución buena, pero ya está desbordada", indica Pilco. "No es un servicio de calidad y se trata de una manera indigna a los ciudadanos". Guayaquil desechó el aire acondicionado de los articulados, agrega; cuando Cali, una ciudad con un clima similar, lo mantiene.
   El reto de un sistema de transporte masivo es lograr convertirse en una alternativa al automóvil. Acevedo subraya que si ciudades como Bogotá no han instalado hasta ahora un metro u otros ambiciosos proyectos es porque han llegado a la conclusión de que la movilidad de pasajeros, el costo de construcción-operación y el valor previsible de recaudo no son compatibles. No obstante la capital colombiana, que tiene su propio sistema de articulados (Transmilenio), adelanta estudios de factibilidad para la construcción de un metro (tren) ligero. El costo para otras urbes puede ser alto, según el consultor de tránsito. "El tren de Medellín lo inauguraron hace casi 20 años y todavía el municipio está endeudado".

Tomado de diario Expreso

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