Han transcurrido muchos años para que la ciudadanía guayaquileña se pronuncie a favor de la construcción para esta ciudad, del monorriel o paso de tren elevado; proyecto que por iniciativa mía en mi calidad de concejal de ese entonces presenté al I. Concejo Cantonal de Guayaquil y fuera aprobado por unanimidad considerando la importancia.
El proyecto tenía financiación externa, se ejecutaría por concesión, el Estado ecuatoriano ni la Municipalidad de Guayaquil se endeudarían, y su valor por pasaje resultaría ínfimo; dado el volumen de pasajeros, el Municipio se beneficiaría con las regalías. Aprobado por el Concejo Cantonal, se lo presentó en la Comisión de Tránsito del Guayas para que determinara los sitios de estacionamiento, institución donde lamentablemente se extravió. Realicé gestiones y expliqué las bondades del proyecto en ese entonces al vicepresidente de la República, pero no tuvo interés de poner en marcha lo que hoy sería de gran utilidad para la ciudad.
Édgar Edmundo Mendoza García,
abogado especializado en Consultoría Jurídica,, Guayaquil
Carta de diario El Universo
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